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Diario YA


 

Las claves de la revolución húngara de 1956

José Luis Orella
La revolución de Hungría de 1956 fue el último alzamiento armado contra el comunismo en Europa. La nación magiar fue ocupada por el Ejército soviético después de la Segunda Guerra Mundial. Las elecciones de postguerra de 1945 fueron ganadas por el Partido de los Propietarios con el 57% de los votos, mientras el Partido Comunista, bajo el mando de los estalinistas Mátyás Rákosi y Ernö Gero, recibió el apoyo del 17 % de la población. El comandante soviético, mariscal Voroshilov, vetó la posibilidad de que un partido de derechas formase gobierno, acusando a su espacio político de fascismo húngaro.

llegaremos al culto a la Pachamama, que viene a sostener ese Ecologismo Radical de nuestro tiempo

ABRAZAR UN ÁRBOL

MANUEL PARRA CELAYA. Reconozco apesadumbrado que nunca se me ha ocurrido abrazar un árbol, salvo cuando el desnivel del terreno podía presagiarme una caída aparatosa en la montaña. Quizás por mi descuido o ignorancia en esta forma de afectividad, me ha sorprendido llegar a conocer que existe un remedio llamado arboterapia, que, según sus seguidores y pacientes, relaja a la persona que lo practica, mejora la concentración mental, reduce el estrés y la ansiedad y, en general, aporta paz al alma atormentada por las noticias de la actualidad.

CESIÓN TOTAL

Luis Losada Pescador. Dijeron que era mentira, un ‘fake’ de la derecha mediática para torpedear la investidura. Que la condonación de la deuda catalana no estaba en agenda. Voilá. 15.000 millones de euros de vellón. Un 20% de la deuda catalana. Súmenle los 1300 millones de euros anuales de intereses. ‘Porque yo lo valgo’. Con este PSOE hay que aplicar la ‘verdad inversa’. ¿Y qué pasa con la deuda del resto de CCAA? Dice Bolaños que se irá ampliando poco a poco. Traducción: mala suerte, haber sido independentistas y haber tenido los votos necasrios para la investidura. En todo caso, aunque hubiera café con leche para todos, no habrá café con leche para los buenos gestores que redujeron deuda o que tienen sus cuentas saneadas. ¿Y el riesgo moral? El último que apague la luz.

en el lejano 1933, se celebró un acto “de afirmación española” en el Teatro de la Comedia de Madrid

UN PARÉNTESIS PARA LA HISTORIA

Manuel Parra Celaya. Estamos viviendo de una forma sobresaltada, quién lo duda; basta con leer las portadas de los periódicos o encender el televisor para que el alma, lejos de serenarse al modo predicado por Fray Luis de León, entre en zozobra: dos guerras simultáneas -no tan lejanas, aunque nos queramos engañar- un mundo en crispación, por añadidura, sometido, además, a la férrea dictadura de la ideología woke, y una España que parece debatirse entre su permanencia como nación o su disolución en taifas irreconciliables. Por ello, hoy renuncio a tratar, como otras veces, esta realidad deprimente; tampoco esta estación otoñal invita a recrearse en una forma de poesía alegre y luminosa o en la lectura de un betseller de éxito de ventas y, por añadidura, de encefalograma plano. De forma que he preferido echar mano de la historia en mi artículo, con la esperanza de que la haga trascender algo de la realidad circundante y recuerde su condición de maestra de la vida. Y, casualmente, me he dado cuenta de que estoy escribiendo para un domingo 29 de octubre.

Moncloa traslada a la Península a miles de ilegales sin informar a Ayuntamientos ni CCAA ni explicar los criterios

Crisis migratoria: ¿maldad o ineptitud?

Luis Losada Pescador. Es imposible gestionar peor la actual crisis migratoria. Primero: llegan por miles en cayucos a la isla de Hierro (Canarias). Los expertos en navegación dicen que es imposible que una embarcación tan inestable pueda hacer una travesía desde Senegal, donde supuestamente parten varios. Pero es que además, ¿Salvamento Marítimo no tiene capacidad para frenar la avalancha?, ¿y Frontex?, ¿tampoco tiene capacidad?, ¿no tienen nada que decir? Hay que recordar que para la mayoría de los subsaharianos que inician la aventura europea, España es sólo un país de tránsito.

Pere Aragonés redobla la apuesta: la amnistía no es el objetivo; es el medio para el referéndum pactado

Desojando la margarita de la amnistía

Luis Losada Pescador. Puigdenont había aceptado investir a Sánchez con solo registrar la Ley de Amnistía en el Congreso. Ahora Sánchez urge cerrar el acuerdo antes del 4 de noviembre para tener tiempo para ‘vender’ el relato. No le va a ser fácil. Porque ‘vender’ como “progreso” unos privilegios es tarea compleja. Y ‘vender’ como interés general lo que no es sino peaje de investidura, también. Quizás por eso renunció ayer a la polémica en el Senado. Pero la escenificación del rechazo popular de este jueves encarece la “traición” de Sánchez, en palabras de Ayuso. Pere Aragonés acudió el jueves al Senado a redoblar su apuesta. Sabedor del rechazo a la amnistía de la mayoría popular en la Cámara Alta, lejos de achantarse, redobló su apuesta. No es que el objetivo sea la amnistía, sino que la amnistía es el paso necesario para el referendum pactado, que es el objetivo. ¡Olé!

UN NOGAL UBÉRRIMO: sin necesidad de bombas y de tiros en la nuca, se sigue agitando un vetusto nogal

Manuel Parra Celaya. Creo que todos recordamos la cínica frase de Arzallus que intentaba excusar las actividades y los crímenes de la ETA: Alguien tiene que sacudir el árbol para que caigan las nueces. Ahora, sin necesidad de bombas y de tiros en la nuca, se sigue agitando un vetusto nogal y se van recogiendo nueces en abundancia, con la expectativa, además, de que la cosecha colme las mejores ansias secesionistas en Cataluña y en el País Vasco. Si hacemos un poco de historia, observaremos que el repulsivo recurso de ganar mayorías parlamentarias cambiando votos por dádivas no es una originalidad sacada de la iniciativa e inteligencia de Pedro Sánchez; en efecto, tanto el PSOE como el PP, en sus diferentes gobiernos, han acudido a esta práctica, que -debido a unas normas electorales absurdas- nos han llevado paulatinamente a la situación actual.

negar la propia existencia de España ofrece a cualquier observador imparcial la imagen casi psiquiátrica de romper la unidad nacional

PARTICULARISMO FRENTE A REPUBLICANISMO

Manuel Parra Celaya. Para ser ordenados en nuestra exposición, apresurémonos a definir adecuadamente ambos conceptos, con el fin de no caer en equívocos que desvirtuarían por completo la intención del autor de estas líneas;  y, como primera fuente, acudimos a la RAE. Con respecto al particularismo, nada que objetar; asumimos plenamente las acepciones del diccionario: 1. Preferencia excesiva que se da al interés particular sobre el general, y 2. Propensión a obrar por el propio albedrío. Pero, con relación al republicanismo, observamos que la Madre Academia se ha quedado en lo anecdótico y superficial, al reducir el término a Sistema político que proclama la forma republicana para el gobierno del Estado.

Tras ‘bendecir’ el secuestro del CGPJ ahora se dispone a dar el golpe definitivo

El ‘golpe de Estado’ de Pumpido

Luis Losada Pescador. Pumpido es más un activista que un juez. Actúa descaradamente de parte. Si hay que empolvarse la toga, se empolva. Y si hay que embarrarse, se embarra… En las últimas semanas ha desplegado un activismo judicial digno de mejor causa. Primero: ‘bendecir’ el secuestro del CGPJ. Que el órgano de gobierno de los jueces no pueda cumplir con su función de nombrar sustitutos si está caducado, es constitucional. ¡Olé! O sea que -según Pumpido- es acorde a la Carta Magna que el CGPJ tenga que estar con los brazos a la espalda si no se ha renovado.

MOCHILAS ESCOLARES

Estamos formando la primera generación de personas que, por no saber, no saben si son hombres o mujeres

Manuel Parra Celaya. Cuando aún estaba en activo como profesor (¡ya hace diez años!), venía observando que los alumnos portaban sus mochilas escolares suspendidas sobre los riñones, sin tensar en absoluto las correas de los hombros. Un día, a la salida de las clases,  se me ocurrió aconsejar a uno de ellos al respecto: a fuer de montañero, le dije que lo recomendable era que la carga se repartiera en la espalda, para que no sufriera la columna. La respuesta me dejó literalmente anonadado: “Es que todos la llevan así”. Repetí el consejo a un par de alumnos más y la contestación fue idéntica: se trataba de no distinguirse, era un problema de moda, de mayorías.