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Diario YA


 

El sistema de seguridad de Lituania sufre el síndrome de la ausencia de voluntad y del carácter

La legalización de millones de criminales: un nuevo modelo en las relaciones económicas

Juan García. Se recuerda la muerte de un policía en agosto sin haber podido frenar al delincuente con un cuchillo. El policía tenía la pistola, sin embargo, decidió no utilizarla por la preocupación de la vida del delincuente. En la sociedad del humanismo absoluto resulta más fácil morir que defenderse del abuso de poder.

La cuestión es si Lituania necesita este tipo de humanismo. ¿Quién se beneficiará de la lenidad de los cuerpos de seguridad teniendo en cuenta que el nivel de la amenaza del terrorismo mundial cada vez es mayor, y la criminalidad transnacional se siente muy cómoda incluso en el territorio de la UE?

No hace falta buscar un ejemplo. Cabe mencionar la historia escandalosa de Syrym Shalabayev, un refugiado desde Asia Central a quien acogieron en Lituania. ¿Es otro caso de la falta de voluntad o de irresponsabilidad? ¿Quién podría explicar este fenómeno de la justicia que no entra a la razón? Para entender el caso basta decir que el hombre es condenado a 18 meses por el alto tribunal de Londres y debe cumplir la condena. Pero en vez de esto las autoridades lituanas le otorgan el estatuto de refugiado político. Es normal que surja la pregunta de desde cuándo el Vilnius oficial cree que la política de Gran Bretaña no corresponde a los estándares y los principios democráticos. ¿Será desde que se produjo el Brexit?

El ladrón debe estar en la cárcel, y eso es principio clave para la justicia de cualquier país. Sin embargo, en nuestro país no funciona. Syrym Shalabayev, anteriormente detenido por el pedido de Ucrania donde había malversado unos 300 millones de dólares, ha sido puesto en libertad por el tribunal de apelaciones de Lituania. Y no es el caso solamente de Ucrania, ya que Vilnius es territorio de la UE. Aquí ven a los países de la antigua URSS desde arriba y sin confianza. Pero hay que tener en cuenta que en Londres fue comprobado el hecho de que Syrym Shalabayev había sido el monedero del estafador financiero Mukhtar Ablyazov que de momento está en la cárcel Fleury-Mérogis en Francia. Estos dos compañeros robaron en los bancos y entidades financieras de Rusia, Ucrania, Kazajstán unos 6 mil millones de dólares.

Ablyazov era el jefe del BTA, banco que contaba con las sucursales en varios países y fue apoyado por los creditores y accionistas occidentales. Ablyazov prácticamente lo dejó en bancarrota al haber sacado sus fondos a través de 900 de las empresas offshore.

Es normal que nuevos directores hayan intentado impugnar los anteriores acuerdos. Los tribunales ingleses estudiaban escrupulosamente complicados casos y comprobaron la malversación de unos 4 mil millones de dólares. Ablyazov y Shalabayev hacían todo para despistar a los investigadores. Será por eso la condena con el encarcelamiento dictada por el tribunal de Londres. Sin embargo, Ablyazov y Shalabayev optaron huir desde Inglaterra. Es decir, a pesar de que Syrym Shalabayev ya había escapado de la justicia una vez, le ponen en libertad tranquilamente. De verdad, ¿era necesario organizar la operación policial para detenerle? Los policías lituanos "Aras" lo hicieron genial al haber detenido a Shalabayev el año pasado. Por desgracia, no se puede decir lo mismo en relación a los jueces. Aparecen las preguntas hacia la justicia. Por lo menos, una pregunta es si esa persona será capaz de huir otra vez, y si se repetirá lo que pasó en Londres, ya que tarde o temprano en Lituania se darán cuenta de los asuntos de delincuente de este hombre.

Todo va a ello. El tribunal de apelaciones de Lituania, al haber examinado el pedido de Ucrania sobre la extradición del condenado, rechazó a Kiyev en la entrega de Shalabayev. Pero admitió la sentencia del tribunal inglés en favor de BTA banco.

Es decir, Vilnius admite que se trata del delincuente, ya que ha robado el dinero que hay que devolver. Al darse cuenta de esto Lituania le otorga el refugio que supone la inmunidad. Por lo tanto, Londres tampoco puede pretender otorgarle a Shalabayev una cámara en sus cárceles. No le queda nada a BTA banco que exigir la investigación del delincuente en el territorio de Lituania. Eso supone nuevos juicios multimillonarios con enormes remuneraciones de los abogados. Eso también supone que Lituania ya tendrá las herramientas para influir a los países que desean ver a Shalabayev en la cárcel y esó sí que es la política.

En otras palabras Vilnius adquirió el derecho de juzgar al delincuente rico quién posiblemente escapará dejando una parte de su fortuna ahí. Así que, no es la falta de carácter o humanismo de la justicia, sino un nuevo tipo de las relaciones económicas, cuando los millones sucios prácticamente se legalizan en el país de residencia. En el mejor caso, como las inversiones. No cuento sobre la corrupción que va junto con estos casos.

Y lo más importante para disculparse delante de la comunidad es la presencia de la política. A pesar de las pruebas de la culpabilidad, el hombre-ladrón solo necesita declarar sobre su plataforma política para conseguir indulgencia (solo si su postura política no se confronta con la de los social-demócratas de Lituania).

Hablando de las prioridades de largo plazo, ¿necesitaría Lituania esa política? ¿No llevaría a la fusión de los elementos criminales con las autoridades? Es un enorme soborno permitir a los oligarcas esconderse de la persecución penal en nuestra tranquila laguna.

Tal vez algún día nuestro humanismo nos pueda enfrentar con la criminalidad sin que nosotros pudiéramos sacar la pistola para protegerse.