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ÉTER: Zanussi sin ningún complejo, se confiesa católico y practicante

Fidel García Martínez Doctor Filología Hispánica Catedrático Lengua Literatura. El director polaco de cine Krysztof  Zanussi es una rara avis dentro del mundo del séptimo arte, a su condición de incombustible director exitoso, 80 años, une su gran formación teológica, filosófica y científica, como plasma magistralmente en su nueva película ETER. Zanussi sin ningún complejo, se confiesa católico y practicante; además  afirma que Polonia como Europa no se puede entender renunciando a los grandes valores del humanismo cristiano, contra los que lucha el multiculturalismo y laicismo sin raíces. En su esencia la película ETER es un duro alegato contra la incredulidad posmoderna, basada en el tópico de una ciencia sin límites como medio para superar el  pecado, el dolor y la muerte, objetivos  fuera de su alcance, pese al optimismo soberbio de algunos pseudo-científicos engreídos, como el de la película ETER.
Inspirándose en el Fausto de Goethe,  nos presenta un científico que vende su alma a Satanás para para conseguir mediante  la ciencia superar todas las limitaciones del ser humano, incluyendo la muerte. Algún día exclama el médico, seducido por Satanás, la ciencia logrará volver a la vida a los muertos. Zanussi sitúa su película en un contexto de destrucción y muerte, la Primera Guerra mundial
El médico quiere a jugar a tener un poder divino siendo como es un hombre limitado y pecador como todos. Como se demuestra por la trama de la película ETER,  el protagonista ha cometido un crimen, violar y provocar la muerte por la negativa de una mujer a ceder a sus pretensiones amorosas, asesinada con una dosis letal de cloroformo. Este médico que se declara incrédulo y antirreligioso, es un apasionado de los juegos de azar y de la superstición  espiritista.
Un tema  de la película ETER es la profunda reflexión sobre el pecado, el mal que más destruye al hombre físicamente y mentalmente por  la influencia tenebrosa de Satanás, encarnado en personaje refinado, astuto y seductor, vestido con levita atrayente. Otro personaje secundario es el del clérigo sensual y agnóstico víctima del pecado quien por la  conversión penitente llega a la conversión penitente. Sin embargo el médico asesino y ateo, que se salva de la condenación por el perdón y la oración de la mujer a la que intento violar y con quien coincide en un hospital psiquiátrico sin conocerla y creyéndola muerta. Zanussi apuesta sin complejo por el amor y la misericordia de Dios como proclama el Papa Francisco  de forma continua, frente al falso poder de la soberbia satánica que destruye y pierde al hombre. ETER es una película profundamente optimista, y llena de esperanza, pese a las crudas y desconcertantes apariencias.